Qué hermoso es escucharlos a todos hablando de sus sueños, de cómo imaginan un mundo mejor si cambiáramos. Un mundo con todas las cosas funcionando perfectamente: clientes contentos, empleados contentos, proveedores contentos y los jefes, ¡bah!, ¡ni se diga! ¡Estallando de emoción! Cada uno idealizando y pensando que todo podría ser distinto…
Entonces, un día, a una persona se le ocurrió no solo pensar que el cambio podría ser una realidad, sino que estaba segura de que existía, porque lo había vivido.
Entusiasmada con todas aquellas expectativas, deseos, anhelos y sueños por cumplir, comienza a intentar cambiar las cosas.
Esta persona, catalizadora del cambio, dispuesta a estimular el cumplimiento de todos aquellos anhelos de la mayoría, se empoderó en positivo para guiarlos a encontrarlo, a ser mejores (o al menos intentarlo). Con la única salvedad que no tuvo en cuenta algo esencial: descubrió lo desafiante que puede ser cuando no se cuenta con el apoyo esperado…
Esta corta historia es muy común en pequeñas, medianas y grandes organizaciones (incluso pasa en las mejores familias). ¡Qué complejo es generar el cambio consciente! Pero no es imposible. Por ello, siempre me gusta analizar, conocer e investigar el escenario antes de asumir el compromiso de trabajar en ello.
Una vez leí una frase que decía: “Prefiero el dolor de la disciplina antes que el dolor del arrepentimiento”. ¡Cuánta verdad! Y es así: para obtener un cambio hay que tener no solo las ganas, sino también coraje, compromiso, responsabilidad, perseverancia, capacidad de organización, humildad, creatividad, pero, sobre todo: apoyo, entre tantos factores que podría enumerar y seguir añadiendo a la lista; éstos, solo se logran con disciplina, y sí, duele, porque hay días en los que simplemente no tenemos ganas, pareciera que en lugar de avanzar nos estancamos o retrocedemos, también surgen imprevistos ante los que tenemos que ser pacientes, pero pese a todo, puedo dar fe que ese dolor no es peor que arrepentirse por no haber hecho nada.
Y hablando de apoyo como factor fundamental, además de éste, para fomentar el cambio considero que el liderazgo y el trabajo en equipo, son piezas clave que engranan el proceso efectivo que se esperaría. Todo es posible, o al menos puede llegar a serlo, y aquello que no lo sea, puede transformarse en una nueva idea que mejore la posibilidad que imaginábamos, pero eso no lo lograríamos solos.
Como líder de equipos de trabajo, he tenido la gran responsabilidad de acompañar a algunas empresas a generar el cambio. Mi experiencia ha sido fascinante, enriquecedora, frustrante y hasta abrumadora; he sido testigo tanto del éxito como del fracaso. Todas estas vivencias han sido parte de mi historia y del aprendizaje que he obtenido, y por ello me atrevo a compartir la vía que considero para lograr la efectividad en el cambio: la formación.
Espero poder servir de utilidad a todos aquellos que aún no han encontrado la orientación adecuada para formarse y desarrollar las capacidades necesarias para moverse, evolucionar y crecer personal y profesionalmente.
Compartir el conocimiento y mis experiencias para ayudar a formarte, son parte de mi inspiración para crear BrillaTEC.
Y tú, ¿qué esperas para formarte y ser parte del cambio?
Muchas gracias por leerme.
Con cariño,
Marbella Godoy
Creadora de BrillaTEC